martes, 2 de octubre de 2012

TERCERA EDAD: DIVINO TESORO

Los adelantos tecnológicos, los avances en materia sanitaria, el estado del bienestar y demás factores socio-económicos han contribuido al desarrollo de una autentica revolución demográfica. Desde el siglo pasado a la actualidad en Europa Occidental la esperanza de vida ha aumentado 30 años, se estima que la mayoría de los niños nacidos en el 2000 celebren su 100 cumpleaños si la esperanza de vida sigue aumentando al mismo ritmo.

                                  
   
En España la esperanza de vida actual es de 83,3 años para los hombres y 87,3 años para las mujeres, otro dato a tener en cuenta es la previsión que sitúa a España como el país con más personas mayores de 80 años en el año 2060.
Los datos reflejan una realidad que merece ser estudiada y correspondida, los gobiernos incluso han llegado a advertir del riesgo que supone para el sistema de pensiones el hecho de que la población siga viviendo más años llegándose a tomar medidas como retrasar la edad de jubilación. Y nada más lejos de la realidad, no hace muchos años y todavía seguimos arrastrando una concepción equivocada la jubilación se asociaba con la inactividad, la ancianidad y una muerte inminente, es decir, desde que un trabajador cesaba su actividad laboral hasta el final de sus días el tramo vital era muy corto si lo comparamos con los periodos de jubilación actuales. A día de hoy, una persona llega a los 65 años en plenas facultades físicas y psíquicas, incluso en la estructura del ciclo vital aparece una nueva clasificación, “Cuarta Edad”. Por lo tanto debemos como profesionales de la salud desmitificar el concepto Tercera Edad, abrir un espacio especifico dentro de cada instalación o espacio deportivo para este grupo poblacional y luchar así contra un condicionante que se da dentro de los Centros Deportivos Convencionales denominado “Discriminación por Edad”.
  
                                   

UN ENFOQUE HOLISTICO DE LA SALUD PARA LA TERCERA EDAD.
Los estudios que abordan el envejecimiento muestran una realidad bien definida, las conclusiones a las que se están llegando muestran una doble perspectiva, por un lado el campo de la medicina ha realizado grandes avances en patologías como el cáncer o el Alzheimer que han contribuido al aumento de la esperanza de vida pero en el lado opuesto han cobrado importancia otras enfermedades de carácter metabólico a consecuencia de estilos de vida sedentarios y que llegada a una determinada edad se convierten en las principales causas de muerte y de dependencia. Por poner un ejemplo, se producen más muertes en poblaciones octogenarias por roturas de cadera que por cáncer. A nivel mundial, se calcula que con el aumento de la esperanza de vida en no mucho tiempo se habrán duplicado los casos de Diabetes en poblaciones mayores de 65 años. A medida que cumplimos años, y a partir de los 25 en personas sedentarias nuestras capacidades básicas empiezan a verse mermadas como consecuencia de la inactividad y los malos hábitos que vamos adquiriendo durante la vida. Todos queremos durar muchos años, pero nadie quiere envejecer.
Las líneas anteriores, coinciden en un único punto, la importancia que tiene la prescripción de un programa de actividad física específico a la hora de contrarrestar los efectos del envejecimiento y conseguir un Envejecimiento Exitoso. Son los profesionales de otros campos de trabajo, como la medicina, la gerontología, geriatría o fisioterapia los que están poniendo en marcha programas de Envejecimiento Activo basados en programas de ejercicios que por especificidad corresponderían a profesionales de la actividad física.


 ESPERANZA DE VIDA PARA LOS CENTROS DEPORTIVOS.
Los Centros Deportivos que sepan reinventarse pueden encontrar en el público de edad avanzada lo que en términos mercantiles se denomina “Océano Azul”, concepto muy utilizado en la estrategia empresarial moderna a la hora de definir espacios de mercados tranquilos donde la competencia se reduce a la mínima expresión y donde se crea y captura una nueva demanda. Los centros deportivos no diferenciados que operan en un mercado ya existente, en espacios de mercado explotados y esquilmados luchan ferozmente en costes “tiñendo de rojo sus aguas” .Como usuarios, los grupos de edad avanzada tienen unas características que los responsables de cualquier centro no deben perder de vista a la hora de ofrecer un producto especialmente diseñado para ellos y que paso a detallar:
-Como usuarios demandan más atención personalizada que un cliente de menor edad, evitan ejercicios o rutinas sofisticadas, y valoran más la “calidad emocional” que las prestaciones en equipamiento, confort o servicios complementarios-atípicos.
-Cuando inician el programa no son conscientes de sus limitaciones, son muy competitivos y buscan el reto constante, acotar y supervisar las actividades constantemente dado que terminan realizando gestos no propios de su condición física con tal de superarse y sentirse jóvenes.
-Valoran programas de actividad que fomenten la participación, búsqueda del fin “sociabilizador”. En su caso, entrenamiento personalizado no quiere decir individual, necesitan y les beneficia a la hora de adherirse al programa un clima de compañerismo dentro de la instalación.
-El sesgo cultural hace que sean muy reservados a la hora de compartir ciertos espacios como los vestuarios, habilitar cabinas y duchas individuales ayudará a este grupo de población a sentirse más cómodos dentro de nuestra instalación.

- Es muy importante ofrecer programas integrales que trabajen todas las capacidades, prestando, atención especial a la fuerza y actividad con contenido neuromuscular.Es compatibles con sus hábitos de vida, ofrecer actividades para la tercera edad ayuda a optimizar el rendimiento de la instalación ya que se ocupan espacios y franjas horarias muertas, a diferencia de grupos más jóvenes tienen mayor disponibilidad horaria.
-Recomendar al entrenador/instructor que se mimetice con el cliente y trabaje el biofeedback, ya que cualquier sensación nueva para nuestro cliente puede interpretarla como nociva y desvincularse del programa.
-Trabajar la paciencia dentro de nuestro equipo de trabajo, los clientes mayores suelen ser los más fieles pero también demandan un exceso de atención que puede llegar saturar a nuestro equipo de trabajo.



-Realizar una valoración funcional y de la salud inicial exhaustiva, solicitando una analítica e informe médico que descarte factores de riesgo o incompatibilidad con un programa de ejercicio. (Pruebas bioquímicas, electrocardiograma y prueba de esfuerzo submáxima).
-Como en cualquier programa deportivo requiere un control y supervisión constante.
-A pesar de transmitir un refuerzo positivo constantemente, ser realistas en los objetivos planteados para no crear expectativas que los lleven a realizar tareas no recomendadas.
-Ser conscientes en todo momento de que estamos cumpliendo con uno de los principales preceptos de nuestra profesión, prescribir actividad física como medio preventivo y terapéutico.

Espero con este artículo, presentar un nuevo campo de trabajo que llene de años la vida de vuestros centros e instalaciones deportivas a la vez que reivindicamos nuestra profesión ante un colectivo que nos necesita, que encuentra en nuestro trabajo su autonomía y calidad de vida.



AUTOR: Álvaro Bachiller

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